Siempre hemos tenido mascotas en mi familia. Desde que éramos pequeños tuvimos gatos y perros acompañándonos. Me parece que nunca estuvieron allí para cumplir un trabajo de guardianía, es más, creo que si hubiésemos estado en la situación de que unos ladrones violentos entraran en la casa, hubiéramos evitado que nuestro perro haga algo que ponga en peligro su vida. Han sido amigos y hermanos menores.
Por eso, en el Krug entendemos el valor que tienen y estamos seguros de que un kruger es plenamente responsable de los actos de su mascota… porque tener una mascota es eso, estar listo para asumir responsabilidad por otra vida que no sea la nuestra y hacerlo de la mejor manera que creamos posible. Por eso, en el Krug aceptamos que lleguen con sus mascotas al local para ostentar lo guapos y bien educados que están!
No estamos de acuerdo con las personas que tienen amarradas o enjauladas a sus mascotas en la casa o que nunca las sacan a pasear. Eso puede convertir a un perro en una persona violenta no porque esa sea su naturaleza sino porque no recibe lo mínimo de consideración. Un perro sí debería tener puesta su correa cuando sale a pasear, sobre todo si es demasiado inquieto porque la consideración no debe ser algo que se conceda solamente a nuestra mascota sino a todo nuestro prójimo, y así, una mascota comienza a educarnos.
Sí, a la final, al educar a nuestras mascotas terminamos educándonos nosotros. Terminamos siendo mejores personas, conscientes de que hay vida fuera del círculo humano y que esa vida debe ser respetada. Que ese respeto se debe extender a otras formas de vida como plantas y otros animales, que no deberían ser posesiones ni mercancías sino relaciones.
Como son parte de la familia, siempre van a ser bienvenidos al Krug y esperamos que los municipios comiencen a verlos como tienen que ser vistos: como otro ciudadano más que debe aprender a no ensuciar y que debe aprender a convivir en paz.